El retablo que adorna esta capilla fue costeado por los Marqueses de Malagon en 1625, y su estructura fue realizada por el tallador Diego López Bueno.
Las pinturas de este retablo son obras de Francisco de Zurbaran y fueron realizadas hacia 1630.
En el banco del retablo aparecen pinturas de Cristo y San Pedro sobre las aguas, Cristo entregando las llaves a San Pedro y San Pedro curando al paralítico.
En el primer cuerpo figuran La Visión de San Pedro, San Pedro Papa y el arrepentimiento de San Pedro.
En el segundo cuerpo se representa a San Pedro liberado por el Angel, la Inmaculada Concepción y Quo Vadis. El Padre Eterno del atico es
una copia del siglo XVIII de la original de Zurbaran y por lo tanto no pertenece a este artista.
En el muro izquierdo de la capilla se encuentra sepulcro del Arzobispo Diego de Deza, obra realizada
hacia 1430. En el muro derecho se dispone un grupo de cuatro pinturas atribuidas de antiguo a Francisco Reina, discípulo de Zurbaran, pero que podrían relacionarse con Juan Luis Zambrano,
a tenor con el fragmento de una firma que figura en una de ellas. Proceden del convento de la Merced de Sevilla y representan
La aparición de la Virgen de la Merced a San Pedro Nolasco en el coro de los novicios, el Milagro de la Barca,
San Fernando entregando la Virgen de la Merced a San Pedro Nolasco y la muerte de San Pedro Nolasco.
Sobre estas pinturas figuran otras tres que representan a San Pedro Arrepentido, copia de un original del pintor flamenco General Seghers, San Pedro liberado por el Angel y el martirio de Santa Agueda,
obras de escuela italiana del siglo XVII.
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