Catedral de Sevilla: Sacristia
Sacristía Mayor
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Sobre la reja que da acceso a la capilla que procede de la Sacristía Mayor, se encuentra
una viga en la que aparecen diecinueve pinturas, figurando en el centro de la misma una Piedad, mientras que a
los laterales se disponen profetas y apóstoles. Son obras de excelente calidad que pueden
fecharse en el primer cuarto del siglo XVI. En el muro superior se abre una vidriera
realizada por Arnao de Flandes en 1556 con el tema de La Expulsión de los mercaderes del templo.
En la capilla que antecede a la Sacristía figuran dos grandes armarios de madera que
guardan diversos enseres litúrgicos. Fueron tallados en 1743 por Pedro Duque Cornejo.
En el que figura a la derecha aparecen relieves de La recogida del Mana y Moisés
haciendo brotar el agua de la peña. En el de la izquierda muestran a Adán y Eva en el Paraíso y Veinte Santas mártires.
En el muro frontero de esta capilla se abre la portada de la Sacristía, ricamente labrada con decoración de estilo plateresco. El arco de entrada, trazado en esviaje, presenta en su intradós una sucesión de casetones tallados con frutos y otros alimentos. De gran calidad son las puertas de madera diseñadas por Diego Guillén Ferrant y realizadas entre 1547 y 1549.
En ellas figuran relieves de San Isidoro y San Leandro y las Santas Justa y Rufina ; así mismo aparecen cuatro tondos con figuras de los evangelistas. La iconografía del dorso de la puerta muestra cabezas de profetas, virtudes y querubines.
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Antes de acceder a la Sacristía ha de repararse en la pintura que figura en el muro de la izquierda de la puerta que representa a San Antonio con el Niño ; es obra que puede adscribirse al taller de Zurbaran.
El interior de la Sacristía Mayor es un solemne espacio concebido en planta central que forma una cruz griega de brazos muy reducidos. Su espacio se cubre con una cúpula que descansa sobre pechinas. El alzado se realiza con pilares a los que se adosan medias columnas y pilastras con su perfil ricamente labrado con talla plateresca ; sobre los capiteles se dispone un fino decorado con grutescos y guirnaldas. Los brazos de la cruz se cubren con bóvedas abanicadas que apoyan en chaflanes decorados con veneras.
La cúpula se adorna con relieves dispuestos en tres anillos, que representan el Juicio Final con las figuras de Cristo entre la Virgen y San Juan Bautista, y una escenificación de la Corte Celestial con Profetas, Patriarcas, Santos y Angeles ; en el anillo inferior, los Condenados. En las bóvedas aparecen representaciones de apóstoles y obispos.
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Bóveda de la Sacristía Mayor
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Documentalmente se sabe que la Sacristía Mayor fue comenzada a construir con un proyecto del arquitecto Diego de Riaño. A la muerte de este en 1534 continuo la obra Martín de Gainza hasta 1543, año en que se finalizo la construcción del recinto.
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El Descendimiento, Pedro de Campaña
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En el muro de la cabecera de la Sacristía se conservan los basamentos de los tres altares que hubo en cada una de las capillas, desmontados en el siglo XIX. En estos basamentos figuran pequeñas piezas escultoricas y algunos relicarios. En el frente de la capilla central se encuentra situada la gran talla de Pedro de Campaña, firmada y fechada en 1547 que representa El Descendimiento de Cristo ;
procede esta pintura de la desaparecida parroquia de Santa Cruz, de donde paso a la Catedral en 1814. La composición de esta obra esta concebida con un riguroso esquema geométrico inspirado en una estampa de Marci Antonio Raimondi ; sin embargo, la severidad compositiva aparece superada por el intenso dramatismo que inunda al colectivo de personajes protagonistas de tan trascendental momento. En las capillas laterales figuran a la derecha una representación de Santa Teresa, obra de
Zurbaran y a la izquierda El martirio de San Lorenzo, obra atribuible a Lucas Jordán.
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Sobre los muros de la Sacristía Mayor se dispone una amplia colección pictórica que señalaremos de izquierda a derecha desde la puerta de entrada. Figura en primer lugar un Angel con atributo de la Pasión, anónimo de finales del siglo XVII, y a continuación Cristo apareciéndose a San Ignacio de Loyola,
obra atribuible a Alonso Vázquez y fechable hacia 1600. El centro del muro izquierdo esta presidido por el San Isidoro de Murillo, realizado en 1655, en el que destaca la solemnidad de la figura del Santo que aparece concentrado en la reflexión sobre una de sus obras literarias.
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San Isidoro, de Murillo.
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San Leandro, de Murillo
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La tradición señala que el rostro del Santo es el retrato del licenciado Juan López
Tabalán. Sigue una Inmaculada anónima fechable hacia 1630, y un Angel
de finales del siglo XVII. Sobre la pilastra que flanquea la cabecera se encuentra un San
Jeronimo que es copia de Ribera. En la pilastra opuesta figura un San Sebastián
firmado por Ramón Bayeu, y a continuación otro Angel
del siglo XVII, seguido de la Virgen de la Merced,
obra de Juan de Roelas hacia 1624.
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En el centro del muro derecho figura el San Leandro de Murillo, realizado en 1655, en el que la tradición señala que su rostro es el retrato del licenciado Alonso de Herrera, apuntador del coro de la Catedral.
El santo mira al espectador mostrando un folio en el que se lee una frase latina
alusiva a la lucha que mantuvo contra la herejía arriana. Sigue una Visión de San Francisco firmada por Juan Sánchez Cotán en 1620 y otro Angel que forma serie con los citados anteriormente.
En el espacio de este muro lateral que hace ángulo con el de los pies, se
encuentra en lo alto una pintura de La Virgen con el Niño, que es copia de
Ribera, y abajo un Cristo Crucificado, firmado en 1666 por Sebastián de
Llanos Valdés. En el muro de los pies se encuentran La edificación del templo de Salomón
anónimo del siglo XVIII, y La degollación de San Juan Bautista, del pintor genovés
Valerio Castelo, fechable hacia 1650, El martirio de San Hermenegildo,
anónimo del siglo XVII, y San Juan Bautista, firmado por Francisco Polanco y fechable hacia 1650.
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San Fernando. Escultura de Roldán.
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Custodia de Arfe
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Son varias las esculturas que se exponen en esta Sacristía, siendo la mas importante
el San Fernando que, dispuesto sobre una peana de plata, figura junto a uno de los pilares de la cabecera. Es obra de Pedro Roldán, quien la realizo en 1671 al serle encargada por el Cabildo con motivo de la canonización de este Rey.
En el pilar opuesto se encuentra La Inmaculada, obra del escultor sevillano Alonso Martínez, siendo fechable hacia 1650. Relativo interés muestra el boceto ejecutado por Juan de Astorga hacia 1840 para adornar el tímpano de la portada principal de la Catedral, que no llego a realizarse.
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En una vitrina se encuentra un magnifico Cristo Crucificado de marfil que se biene atribuyendo a Alonso Cano, y que, sin embargo, coincide con las obras realizadas por talleres flamencos a mediados del siglo XVII.
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Tablas Alfonsíes
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Relicario del Lignum Crucis
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Gran importancia posee el conjunto de orfebrería que se exhibe en esta Sacristía.
Obra capital es la Custodia procesional de plata que es obra de Juan de Arfe ejecutada entre 1580 y 1587. Su monumental estructura, realizada en cuatro cuerpos de altura en decreciente, incluye numerosas esculturas y relieves de sismología eucarística. Por sus aparatosas dimensiones llama también la atención en esta Sacristía el monumental tenebrario realizado en bronce y madera. Fue diseñado por el arquitecto Hernan Ruiz II, interviniendo en las esculturas del remate Juan Giralte Y Juan Bautista Vázquez el Viejo.
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La labor de fundición corrió a cargo de Bartolomé Morel, siendo realizado todo el conjunto entre 15559 y 1564. De gran calidad son también los cuatro enormes blandones, candeleros utilizados en el momento de la Semana Santa, que fueron realizados por el platero Armando de Ballesteros en 1581.
Tesoro : los armarios que guardan el espléndido tesoro de la Catedral ocupan los dos frentes laterales de la Sacristía, y están realizados utilizando restos de las antiguas cajonerías que hubo en ella. Estas cajonerías fueron ejecutadas por Diego Guillen Ferrant en 1551 y Diego de Velasco en 1584.
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Cruz Patriarcal, de Merino
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En estos armarios se guarda una amplia colección de orfebrería dispuesta en varias vitrinas, en las que señalaremos tan solo las piezas mas excepcionales.
En una vitrina adyacente, sin numero, se expone una magnifica custodia de plata de finales del siglo XVI atribuida a Francisco de Alfaro.
En las vitrinas números 1 y 2 se expone una amplia colección de relicarios de diferentes
épocas y entre ellos figura la Cabeza de San Juan Bautista, obra de madera policromada realizada por Juan de Mesa hacia 1625. La bandeja sobre la que esta depositada es de plata del siglo XVII y lleva esmaltes de Limoges.
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Relicario Portapaz de Felipe V de Francia |
En la vitrina nº 3 destacan por su importancia las Tablas Alfonsies, obra de madera revestida en chapa de plata dorada. En los casetones de un anverso figuran reliquias cubiertas por cristal de roca ; en el centro y en las hojas laterales aparecen magníficos camafeos. En el reverso se disponen medallones heráldicos de Castilla y León y relieves de La Anunciación y La Adoración de los Reyes. Estas tablas se atribuyen tradicionalmente al platero Juan de Toledo, artífice del siglo XIII y fueron donadas a la Catedral por Alfonso X en 1284.
La vitrina nº 4 contiene un magnifico conjunto de relicarios del siglo XVI y junto a
ellos figura la Cruz Relicario del Lignum Crucis, realizada en oro con incrustaciones de cabujones de esmalte, camafeos y piedras preciosas. A los pies de la cruz tiene la representación de la Piedad con José de Arimatea y las Santas Mujeres. Es obra gótica donada a la Catedral por el Cardenal Don Pedro Gómez de Albornoz en 1389. También en esta vitrina se guarda el relicario de San Clemente que tiene forma de cáliz y puede fecharse a principios del siglo XVI.
Otros relicarios se conservan en las vitrinas números 5 y 6, figurando en esta ultima
el Lignum Crucis de Constantino, obra de principios del siglo XVI y reformada por Hernando de Ballesteros en 1562. La vitrina nº 7 guarda las coronas de la Virgen de los Reyes y el Niño, obras realizadas en 1904. La vitrina nº 8 tiene un conjunto de cálices y de copones de estilo barroco y neoclásico así como un magnifico ostentorio de oro y plata con incrustaciones de esmeraldas, diamantes y perlas ; es del siglo XVIII y fue donado a la Catedral por el Cardenal Solís. En la vitrina contigua, sin numero, figuran la Cruz Patriarcal de plata del siglo XVI que dono a la Catedral el Cardenal Palafox.
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La vitrina nº 9 contiene un conjunto de jarras, ánforas, bandejas, portapaces, incensarios, navetas y cruces. Entre todas estas piezas destaca la Fuente de Pavia, magnifica bandeja de plata dorada de escuela flamenca, realizada en la primera mitad del siglo XVII. En la vitrina adyacente, sin numero, figura una Cruz Patriarcal realizada por el platero Francisco Merino en 1557. En la vitrina nº 10 se muestra un amplio conjunto de cálices, copones, portapaces, vinajeras y jarras de gran calidad artística, destacándose entre ellos el portapaz de oro y esmaltes, en cuyo registro central aparece la Virgen con el Niño y en las puertas laterales las figuras de Felipe V de Francia y Dª Juana de Borgoña. Esta excepcional pieza fue realizada en París hacia 1320 ; y en la nº 11, un copon del siglo XVIII y la urna para el monumento de Jueves Santo, obra realizada en Roma por Luis Valadier en 1781. La peana es obra de Francisco Leclare en 1774.
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